Selectividad alimentaria versus Neofobias
¿Qué es una neofobia alimentaria?
Las neofobias alimentarias corresponden a la percepción de los padres frente al rechazo inmediato de alimentos nuevos para el lactante, niño o niña.
En un desarrollo normal, suele presentarse al inicio de la alimentación complementaria (6 meses) y entre los 2 a 4 años, mayoritariamente cuando han mantenido una alimentación en base a papillas o purés.
Puntos claves a identificar:
- Mi hijo o hija consumió exclusivamente alimentos como papillas, puré o colados hasta los 2 años o más.
- Mi hijo o hija rechaza el alimento en un principio, sin embargo, al presentarlos en otras ocasiones los puede tocar, olor y probar sin dificultades hasta aceptarlo.
Algunos consejos para abordarlo en casa:
- Establecer un lugar fijo para comer, sin distracciones como Tv y/o juguetes.
- Incorporar al niño o niña a la mesa con toda la familia.
- Compartir el mismo alimento y demostrar agrado y seguridad al consumirlo.
- Incorporar paulatinamente los nuevos alimentos (se recomienda probar 15 veces antes de descartar preferencia)
- Tolerar el desastre: que pueda tocar, jugar y saborear el alimento.
- Mantener una actitud neutral a la hora de la alimentación.
- Siempre solicitar evaluación de un profesional para adecuar la alimentación a las necesidades y crecimiento del niño o niña.
¿Qué es la selectividad alimentaria?
Es reconocida como un conjunto de factores que llevan al rechazo de los alimentos en un niño o niña, perdura en el tiempo y considera la selección de los alimentos y fijación por formas, texturas, olores, sabores y colores.
Pueden presentarse como causa de un evento traumático como uso de sondas para alimentación por tiempo prologado, alergias alimentarias múltiples y/o prematurez; o bien, puede ser considerada una dificultad del desarrollo neurológico, como en niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y/o de sensorialidad, conduciendo a la fijación por ciertos alimentos y marcas, considerando el consumo limitado o altamente selectivo, consumo menor a 10 alimentos.
Puntos claves a identificar:
- Mi hijo o hija presenta conductas disruptivas, como llanto o rechazo del plato completo frente a la presencia de ciertos alimentos nuevos.
- Demuestra desagrado por los alimentos en diferentes ámbitos como: textura, forma, olor, color y sabores.
- Mi hijo o hija no logra interactuar con los alimentos, tomarlos con la mano y/o saborearlos.
- Tiene tendencia a elegir los mismos alimentos, por ejemplo: arroz, papas y/o fideos; algunas frutas de color neutro (plátano, manzana, pera); no acepta alimentos como carnes, huevo o legumbres y verduras, a excepción de algunas verdes.
Algunos consejos para abordarlo
- Considerar atención de un especialista de forma temprana, antes de los 2 años. Una pesquisa temprana permitirá trabajar la incorporación de alimentos y evitar que se prolongue hasta la niñez y/o adolescencia.
- El plan de trabajo será individualizado para la edad, estado nutricional y criterio de selectividad de cada niño o niña.
- Requiere del tratamiento de un equipo interdisciplinario, según cada niño o niña.
- El pilar fundamental es la historia familiar y contención para el trabajo en el hogar.