Las grasas y nuestros hijos

Home / Infantil / Las grasas y nuestros hijos

Las grasas son unos nutrientes contenidos en algunos alimentos y que el cuerpo utiliza para construir el tejido nervioso (que incluye el cerebro y los nervios) y las hormonas. El cuerpo también utiliza la grasa como combustible. Si las grasas ingeridas no se queman para obtener energía ni se utilizan como componentes básicos del organismo, se almacenan en forma de células grasas o adiposas. Ésta es la manera que tiene el cuerpo de anticipar una posible situación: al almacenar grasa para el futuro, el organismo se prepara para cuando escasee el alimento.

Ingerir una cantidad suficiente de grasas es fundamental para el crecimiento y el desarrollo. Los niños pequeños necesitan una cantidad suficiente de grasa en su dieta para ayudar a que el cerebro y el sistema nervioso se desarrollen con normalidad. Aparte de suministrar combustible al organismo, las grasas cumplen las siguientes funciones como ayudar a la absorción de algunas vitaminas (las vitaminas A, D, E y K son liposolubles, lo que significa que solo se pueden absorber si la dieta contiene grasa, participar como componentes básicos de las hormonas, aislar todos los tejidos del sistema nervioso del organismo

Tipos de grasas

  1. Grasas no saturadas (o insaturadas): se encuentran en las plantas y el pescado; estas grasas se consideran neutras o incluso beneficiosas para la salud del corazón. Existen tres tipos de grasas no saturadas:
  • monoinsaturadas, presentes en los aguacates y en los aceites de oliva, de cacahuete y de colza
  • poliinsaturadas, presentes en la mayoría de los aceites vegetales
  • ácidos grasos omega-3, un tipo de grasa poliinsaturada presente en el pescado graso, como el atún y el salmón
  1. Grasas saturadas: se encuentran en la carne y otros productos de origen animal, como la manteca, la mantequilla, los quesos y la leche (excepto en la descremada). También contienen grasas saturadas el aceite de palma y el de coco, que se suelen utilizar en los productos de bollería industrial (panes, tartas). La ingesta de una cantidad excesiva de grasas saturadas puede incrementar la concentración de colesterol en sangre, así como el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas.
  2. Grasas trans: presentes en la margarina (sobre todo en las barritas de margarina), los tentempiés comercializados, muchos alimentos horneados y algunos fritos comercializados. Estas grasas, que también reciben el nombre de «ácidos grasos trans», se crean al hidrogenar aceites vegetales (es decir, al añadir átomos de hidrógeno a la molécula de la grasa para que permanezca sólida a temperatura ambiente).

Al igual que las grasas saturadas, las grasas trans pueden incrementar el colesterol en sangre, así como el riesgo de padecer enfermedades cardíacas. Los fabricantes deben indicar la presencia de grasas trans en el listado de ingredientes de los alimentos, aunque también las pueden llamar aceites «parcialmente hidrogenados».

¿Cuánta grasa deben comer los niños?

Aunque algunas personas crean que es conveniente eliminar por completo las grasas en la dieta de un niño o limitarlas considerablemente, es fundamental que la dieta de un niño incluya grasas.

Sobre todo en los niños pequeños, la grasa y el colesterol desempeñan un papel importante en el desarrollo del cerebro. Y en los niños menores de dos años, no se debe restringir la ingesta de grasa. Los niños de entre 1 y 3 años de edad deben seguir una dieta variada, con entre el 30% y el 50% de las calorías procedentes de las grasas. Entre los 4 y los 18 años, es recomendable que esta proporción se sitúe entre el 25% y el 35% de las calorías.

 

Karen Villalón Olmos

Nutricionista